Tarjetas de sonido


Muchos usuarios de ordenador se preguntan la necesidad y la utilidad de incluir en sus equipos una tarjeta de sonido, esto se debe a que un gran número de estos usuarios tiene aún la imagen de que el sonido en el ordenador es algo restringido a los juegos, y con una calidad muy pobre. Sin embargo, esta apreciación ha cambiado en los últimos tiempos y hasta las utilidades más serias incluyen soporte para sonido. Este fenómeno se ha producido debido a la amplia gama de posibilidades que se abren ante el uso del sonido en el ordenador, música, voz digitalizada, efectos sonoros, etc...Entre estas nuevas posibilidades se encuentran por ejemplo, que en los procesadores de texto el ordenador nos pueda leer documentos o se los podamos dictar, con la simple ayuda de un micrófono. Por otro lado, en el campo de las comunicaciones podemos disponer, por ejemplo, de un contestador automático normal pero controlado totalmente por el ordenador. También es posible manejar un programa mediante la voz, un concepto que puede resultar muy atractivo a muchos usuarios. Y así podríamos citar otras muchas aplicaciones que hace apenas unos años parecían ciencia ficción y que son ahora reales y se encuentran ampliamente difundidas.

Conceptos basicos de sonido digital

Antes de pasar a decidir que tarjeta es la que más se ajusta a nuestras necesidades es conveniente conocer algunos conceptos básicos sobre el mundo del sonido en la informática. Los sonidos que percibimos no son más que ondas analógicas caracterizadas por su frecuencia y su amplitud. Para convertir estas ondas en datos comprensibles para el ordenador, debemos transformarlas en datos digitales. Este proceso se denomina digitalización y para realizarlo es necesario disponer del hardware adecuado, es decir, las tarjetas de sonido.

Una vez que disponemos de la información en formato digital, la podemos reproducir, editar o almacenar. Otra capacidad a destacar de las tarjetas de sonido es la posibilidad de sintetizar sonido, es decir, crear sonido a partir de unos parámetros como pueden ser la frecuencia, la forma de la onda, o la intensidad o volúmen del propio sonido a crear.

Existen cuatro frecuencias estandar de muestreo, es decir grabación/reproducción que son 8, 11,22 y 44 KHz. A mayor frecuencia, mayor fidelidad de sonido, y, por consiguiente, mayor cantidad de información. Como ejemplo se puede citar que un muestreo a 8 KHz es comparable a una grabación con un radiograbador de baja calidad, mientras que uno a 44 KHz es equiparable a sonido CD. Hemos mencionado que a mayor frecuencia mayor información, lo que supone un mayor gasto de recursos: memoria y capacidad de almacenamiento. Lo cual implica que para poder aprovechar al máximo las capacidades de la tarjeta debemos trabajar con un ordenador con unas características mínimas, al menos deberíamos contar con 4Mb de RAM y disco duro. También, hemos de tener en cuenta el número de voces del que dispone la tarjeta, así como si son mono o estéreo. El número de voces es el número de muestreos que la tarjeta puede manejar simultáneamente; obviamente, un elevado número de voces es una característica favorable.

Elección y montaje de la tarjeta

Una vez que hemos decidido que necesitamos o queremos instalar una tarjeta de sonido en nuestra PC, llega el momento crítico: la elección de la tarjeta. Para tomar esta decisión debemos contemplar distintos aspectos, entre ellos podemos destacar los siguientes:

-Nº de bits: esta característica refleja la calidad del sonido que es capaz de muestrear la tarjeta en cuestión. Este valor representa el número de bits utilizado en cada muestreo, por lo que los conceptos de frecuencia de muestreo y de número de voces se encuentran relacionados con el número de bits. Nuestra elección debería centrarse en una tarjeta 16 bits, pero no descartamos tarjetas de menores prestaciones.

-Compatibilidad: algunos formatos que surgieron como reglas propias de un fabricante se han convertido con el tiempo y con la difusión de los productos de dicho fabricante, en formatos estandar usados por diversos equipos. Entre ellos el más conocido y difundido es el formato MPU-401 y MPC. Lo más destacable de este último es que es un formato de entorno, es decir que sirve para todas las aplicaciones que trabajen bajo Windows. Naturalmente, cuanto mayor sea la compatibilidad de la tarjeta, mejor.

-Conexiones: en este aspecto debemos estudiar el número de dichas salidas. Las conexiones más comunes con que puede contar una tarjeta son: las de entrada de linea, entrada para micrófono, salida de linea, salida amplificada, MIDI, y Joystik. El conector MIDI, siglas de Musical Instrument Digital Interface, se emplea para conectar la tarjeta a un instrumento musical electrónico, por ejemplo un teclado, por lo que si dispone de un instrumento con conector MIDI le resultaría muy interesante contar con dicho puerto en la tarjeta.

-Precio: aunque este punto depende totalmente de nuestro presupuesto, es importante conocer un rango entre el que se deben mover los precios de las tarjetas de sonido. Aunque existen modelos con precios muy distintos, una tarjeta de las características que buscamos debería oscilar entre los 200 y los 1.000 pesos.

Además de estos aspectos que hemos mencionado naturalmente, sería conveniente comprobar la calidad de la tarjeta antes de adquirirla, para evitar sorpresas desagradables.


Volver